El tratamiento de las neumonías bacterianas es a base de fármacos antibióticos. Hay una diversidad muy importante de antibióticos.
La decisión del tipo de antibiótico depende del germen que se sospecha, la gravedad de la neumonía y las características del enfermo.
Los médicos usan antibióticos para tratar la enfermedad neumocócica. Sin embargo, algunas bacterias neumocócicas se han vuelto resistentes a ciertos antibióticos que se usan para el tratamiento de estas infecciones. Los datos disponibles muestran que, en 3 de cada 10 casos, las bacterias neumocócicas son resistentes a uno o más antibióticos.
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Normalmente, no es necesario buscar el germen causante, salvo que se trate de una neumonía grave o no responda al tratamiento. En estos casos, puede ser necesario realizar técnicas diagnósticas, como cultivo de muestras respiratorias o de sangre, broncoscopia, serología o punción pulmonar.
Si existen factores de gravedad, debe hacerse un ingreso hospitalario e iniciar tratamiento intravenoso con antibióticos y otros medicamentos que puedan requerirse.
Si el pronóstico es bueno (generalmente con puntuaciones FINE < 90), si no hay necesidad de oxígeno y si no se prevén complicaciones, puede tratarse de forma ambulatoria.
Casos más graves
En casos más graves, es necesario administrarle oxígeno al paciente.. así mismo, líquidos en forma de sueros, medicinas que abran los bronquios si se precisaran y antibióticos por vena.
El tratamiento antibiótico inicial depende de muchos factores, relacionados todos ellos con la sospecha sobre el tipo de microorganismo responsable.
Es frecuente que se asocien 2 o más antibióticos en algunas circunstancias. Los antibióticos pueden ser cambiados durante el ingreso si se detectara al organismo responsable
mediante alguna de las pruebas antes referidas o si no hubiera una respuesta adecuada al tratamiento después de varios días, generalmente si persistiera la fiebre.
En general un paciente con una neumonía que reciba tratamiento óptimo debería comenzar a mejorar en 48 – 72 horas. Debiéndose prolongar el tratamiento entre 10 y 14 días.
A veces, pasado este tiempo, todavía queda algo de tos. Siendo frecuente que todavía se mantengan alteraciones en la radiografía. Las mismas suelen desaparecer más tarde que los síntomas.
En función de la situación clínica y de la gravedad será o no necesario ingresar al paciente y administrar los antibióticos por boca o por vena.
Lo ideal para proteger tu salud es que te comuniques con tu médico. Aquí estamos para ayudarte a vivir sano.