Todos sabemos que el consumo de alimentos ultra procesados y bebidas endulzadas conforma una dieta proinflamatoria. El problema con el exceso de inflamación permanente en el cuerpo es que provoca un debilitamiento del sistema inmunológico.
A diferencia de Italia, la población vulnerable en México no está en la edad. Está en las enfermedades crónicas que nos ha generado, principalmente, nuestra mala alimentación.
Los datos internacionales y nacionales muestran que la población de mayor riesgo a ser afectada gravemente por el COVID-19 son las personas de la tercera edad.
Y las que sufren enfermedades crónicas como diabetes, hipertensión, enfermedades cardiovasculares, cáncer, entre otras, además de aquellas que presentan obesidad.
En México, todos los casos de personas que han perdido la vida debido al Covid-19.
Se registra que habían padecido diabetes, hipertensión, obesidad o enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC), o una combinación de dos o tres de estos padecimientos.
Lo que nos debe llamar la atención de esto es que todas estas enfermedades debilitan el sistema inmunológico. Adicionalmente esto disminuye notablemente su capacidad de enfrentar el Covid-19.
No nos olvidemos que hace no muchos años atrás, gran parte de estas enfermedades se presentaban a partir de los 45 años de edad. Sin embargo, ahora se presentan a edades más tempranas convirtiéndose en epidemias. Por ejemplo, la diabetes tipo 2, causada, otra vez, por no llevar una buena dieta.
En pocas palabras: el sistema inmunológico de los mexicanos, en general, se encuentra muy debilitado por lo que comemos y bebemos.
La invasión de alimentos ultra procesados basados en harinas refinadas, azúcares, grasas saturadas, provoca una reacción de defensa de nuestro sistema inmunológico que genera inflamación.
La dieta basada en vegetales y frutas es, al contrario, una dieta antiinflamatoria.
Los vegetales contienen una gran variedad de fitoquímicos, vitaminas y minerales que cumplen funciones protectoras específicas frente a diferentes enfermedades.
La desgracia nos viene porque somos líder en consumo de estos productos ultraprocesados, alimentos y bebidas no saludables. Primeros en América Latina, y el cuarto lugar en el mundo. La inflamación que produce el consumo de estos alimentos elaborados con harinas refinadas, con azúcares añadidos, con grasas saturadas, con altas cantidades de sodio. Es reconocida como un factor clave en la patología de las enfermedades cardiovasculares. Adicionalmente, en la diabetes tipo 2, el cáncer, el síndrome metabólico, el Alzheimer y la obesidad. Con toda certeza podemos afirmar que, en México, con la invasión de la comida chatarra y los refrescos, nuestra dieta es de un alto grado inflamatorio.
Otra vez, la vulnerabilidad de los mexicanos frente al Covid-19 es alta por nuestro debilitado sistema inmunológico afectado. Afectado en esencia, por una dieta proinflamatoria que lo enferma.Y no solo se trata del daño que generan estos productos. Se trata también de la sustitución y desplazamientos que hacen de alimentos verdaderos que nos traerían grandes beneficios a nuestra salud y a nuestro sistema inmunológico.
Por lo tanto, el consumo de los productos ultra procesados ha desplazado el consumo de verduras, frutas y granos enteros. Estos nos brindan lo contrario: salud metabólica y un fuerte sistema inmune.
Ahora, nos enfrentamos a una pandemia que llega a nuestro país a retroalimentarse de otras epidemias. La de obesidad y diabetes, que se llevan cada año cientos de miles de vidas.
Adicionalmente a las medidas preventivas que nuestro gobierno ha tomado, debemos ser responsables y tomar acción en nuestras propias vidas.
Le invitamos a conocer un poco sobre Células Madre y sus beneficios sobre el COVID-19.