Causas de la hipertensión arterial son multiples, la edad avanzada, ser de ascendencia que la padecen, tener antecedentes familiares sufrir sobrepeso u obesidad, ser sedentario, el tabaquismo y el alcoholismo, el estrés o consumir altos niveles de sal e insuficientes de potasio.
La hipertensión arterial, presión arterial alta o hipertensión es una enfermedad crónica que se produce cuando la presión de la sangre aumenta, lo que hace que con el paso del tiempo las arterias se endurezcan, se hagan gruesas, y el paso de sangre por ellas se dificulte.[rml_read_more]
A la presión arterial alta a veces se la llama el «asesino silencioso», porque si bien no suele presentar síntomas, puede provocar enfermedades que ponen en riesgo la vida, como un ataque cardíaco o un accidente cerebrovascular. La buena noticia es que la presión arterial alta, o hipertensión, con frecuencia se puede prevenir o tratar.
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¿Cuáles son las causas de la hipertensión?
La hipertensión es la fuerza que ejerce la sangre contra las paredes de las arterias. Esta presión está determinada por la cantidad de sangre que el corazón bombea o por el grado de resistencia de las arterias al flujo sanguíneo.
A mayor bombeo de sangre por parte del corazón y menor amplitud de las arterias, mayor será la presión arterial.
Existen dos tipos de hipertensión. La primaria o esencial, en que no hay una causa identificable para su aparición. La secundaria, causada por una enfermedad subyacente.
Así algunas enfermedades renales se acompañan de hipertensión (hipertensión renal) y el exceso de función de algunas glándulas endocrinas originan elevación de la tensión arterial por aumento de la producción de mineralocorticoides (hiperaldosteronismo) o catecolaminas (feocromocitoma).
En la hipertensión esencial no se han descrito todavía sus causas específicas, aunque se ha relacionado con una serie de factores que suelen estar presentes en la mayoría de estos sujetos. Conviene separar, aquellos relacionados con la herencia, sexo, edad y raza y por tanto poco modificables, de aquellos otros que se podrían cambiar al variar los hábitos, ambiente, y costumbre de las personas, como: la obesidad, la sensibilidad al sodio, el consumo excesivo de alcohol, el uso de anticonceptivos orales y un estilo de vida muy sedentario.
A continuación se comentan cada uno de estos factores:
Herencia
De padres a hijos se trasmite una tendencia o predisposición a desarrollar cifras elevadas de tensión arterial. Se desconoce su mecanismo exacto, pero la experiencia acumulada demuestra que cuando una persona tiene un progenitor (o ambos) hipertensos. Las posibilidades de desarrollar hipertensión son el doble que las de otras personas con ambos padres sin problemas de hipertensión.
Si usted descubre que en su familia existen parientes consanguíneos que han sufrido ataques cardíacos (infarto de miocardio) a edad temprana (menores de 50 años) o hipertensión arterial. Tanto usted como su familia deberán tomarse la tensión con cierta regularidad.
Como carecemos de momento de medio para identificar el gen o los genes (en el caso de que intervengan los genes realmente en este proceso). Lo que podríamos hacer es insistir en la conveniencia de que los hijos y descendientes de las personas hipertensas se tomarán la tensión arterial una vez al año. En cualquier caso todos nos tendríamos que tomar la tensión arterial con esa periodicidad. Sin embargo, las personas de mayor riesgo deben prestar atención especial al control de la obesidad, el exceso de sal en la dieta, consumo elevado de alcohol y la vida sedentaria.
Sexo
Los hombres tienen más predisposición a desarrollar hipertensión arterial que las mujeres hasta que éstas llegan a la edad de la menopausia. A partir de allí la frecuencia en ambos sexos se iguala.
Esto es así porque la naturaleza ha dotado a la mujer mientras se encuentra en edad fértil con unas hormonas protectoras que son los estrógenos. Por esta razón tienen menos riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares. Sin embargo, en las mujeres más jóvenes existe un especial riesgo cuando toman píldoras anticonceptivas.
Edad y raza
La edad es otro factor, por desgracia no modificable, que va a influir sobre las cifras de presión arterial. De manera que tanto la presión arterial sistólica o máxima como la diastólica o mínima aumentan con la edad. Lógicamente se encuentra un mayor número de hipertensos en los grupos de más edad.
En los países industrializados la frecuencia de hipertensión entre la población mayor de 65 años es de casi el 60 por ciento. Lo que no quiere decir que por ser frecuente la hipertensión en los ancianos, esto sea lo normal ya que ser hipertenso a cualquier edad conlleva aumento del riesgo cardiovascular. En conclusión, mayor riesgo de padecer complicaciones como infarto de miocardio, hemorragia o trombosis cerebral, insuficiencia renal, etc.
En cuanto a la raza, únicamente señalar que los individuos de raza negra tienen el doble de posibilidades de desarrollar hipertensión que los de raza blanca además de tener un peor pronóstico.
Sobrepeso
Independientemente de los factores no modificables que condicionan la hipertensión arterial. Otros factores a los que llamamos ambientales (estilo de vida, dieta, etc) son capaces de poner de manifiesto la enfermedad de forma más leve o más severa. En este sentido, indudablemente, en la gran mayoría de los casos, el nivel de presión arterial e incluso la hipertensión arterial es el resultado del estilo de vida de una persona.
La relación que existe entre peso y presiones arteriales, y entre sobrepeso e hipertensión, se conoce desde hace muchos años. La reducción del sobrepeso se utiliza en el tratamiento de la misma también desde hace mucho tiempo. Hay que partir del hecho de que un individuo con sobrepeso está más expuesto a tener más alta la presión arterial que un individuo con peso normal.
A medida que se aumenta de peso se eleva la tensión arterial y esto es mucho más evidente en los menores de 40 años y en las mujeres. La frecuencia de hipertensión arterial entre los obesos, a cualquier edad que se considere, es entre dos y tres veces superior a la de los individuos de la misma edad que estén en su peso ideal.
No se sabe con claridad si es la obesidad por sí misma la causa de la hipertensión. O si hay un factor asociado que aumente la presión en personas con sobrepeso. Las últimas investigaciones apuntan a que a la obesidad se asocian otra serie de alteraciones que serían en parte responsables del aumento de presión arterial. También es cierto, que la reducción de peso hace que desaparezcan estas alteraciones.
La mayoría de estos esfuerzos son apropiados para todas las edades y tipos de personas. Si deseas obtener ayuda, comunícate con tu médico. Aquí estamos para ayudarte a vivir sano y disponemos de recursos para ello.