Células madre para tratar el cáncer. Los trasplantes de células madre se utilizan para reemplazar las células de la médula ósea que han sido destruidas por el cáncer . También por la quimioterapia y por la radiación que se usa para tratar el cáncer.
Existen diferentes tipos de trasplantes de células madre. En todos ellos se usan dosis muy altas de quimioterapia (a veces junto con radiación) para eliminar las células cancerosas. Pero las dosis altas también pueden eliminar todas las células madre que tiene una persona. Y pueden ocasionar que la médula ósea deje de producir completamente células sanguíneas durante un tiempo. En otras palabras, se destruyen a propósito todas las células madre originales de una persona.
Pero como nuestros cuerpos necesitan células sanguíneas para funcionar, aquí es donde los trasplantes de células madre son útiles. Las células madre trasplantadas ayudan a «rescatar» la médula ósea reemplazando las células madre del cuerpo que han sido destruidas por el tratamiento. Por lo tanto, el trasplante de las células sanas permite a los médicos utilizar dosis mucho más altas de quimioterapia. Esto para tratar de matar todas las células cancerosas. Las células madre trasplantadas pueden convertirse en células sanguíneas sanas y maduras que funcionan normalmente y reproducen células que están libres de cáncer.
Otra forma en que un trasplante de células madre puede funcionar, consiste en utilizar células madre de otra persona (no del paciente con cáncer). En estos casos, el trasplante puede ayudar a tratar ciertos tipos de cáncer de una manera que no sea simplemente reemplazar las células madre. Con frecuencia, las células donadas pueden encontrar y eliminar a las células cancerosas. Y lo hacen mejor de lo que lo podrían hacer las células del sistema inmunitario de la persona que tuvo cáncer. A esto se le conoce como efecto “injerto-contra-cáncer” o “injerto-contra-leucemia”. El «injerto» consiste en células donadas. El efecto significa que ciertos tipos de trasplantes efectivamente ayudan a matar las células cancerosas. Junto con el rescate de la médula ósea y permitiendo que las células sanguíneas normales se desarrollen a partir de las células madre.
De dónde provienen las células madre para realizar los trasplantes
Dependiendo del tipo de trasplante que se realiza, hay tres posibles fuentes de células madre para usar en trasplantes:
- Médula ósea (ya sea del paciente o de alguien más)
- Torrente sanguíneo (la sangre periférica, ya sea del paciente o de alguien más)
- Sangre del cordón umbilical de recién nacidos
Cánceres que afectan la médula ósea
Algunos tipos de cáncer se originan en la médula ósea y otros pueden propagarse a ella. El cáncer en la médula ósea hace que se produzca un número excesivo de algunas células, las cuales no están sanas y no funcionan como deberían, y sobrepasan en número a otras, previniendo su normal desarrollo. Para que estos cánceres dejen de crecer, se necesita que las células de la médula ósea funcionen correctamente y comiencen a producir nuevas células sanas.
La mayoría de los cánceres que afectan la función de la médula ósea son leucemias, mielomas múltiples y linfomas. Todos estos cánceres comienzan en las células sanguíneas. Otros cánceres se pueden propagar a la médula ósea, lo que puede afectar también la función de las células sanguíneas.
Para ciertos tipos de leucemia, linfoma y mieloma múltiple, un trasplante de células madre puede ser una parte importante del tratamiento. El objetivo del trasplante es eliminar las células cancerosas y las células dañadas o no sanas que no funcionan bien, y dar al paciente nuevas células madre sanas para «empezar de nuevo».
Conclusión:
En la encrucijada de la investigación médica y la esperanza de vida, las células madre emergen como un faro de posibilidades en la lucha contra el cáncer. A través de trasplantes ingeniosos y terapias revolucionarias, estas diminutas arquitectas de la vida se erigen como agentes de cambio en el combate contra las células cancerosas.
Los trasplantes de células madre, ya sea utilizando las propias células del paciente o recurriendo a generosas donaciones, despliegan estrategias innovadoras para revitalizar la médula ósea, ese epicentro vital que a menudo se ve amenazado por la quimioterapia y la radiación. En este proceso, no solo se busca reemplazar las células dañadas, sino también potenciar la capacidad del sistema inmunológico para librar una guerra efectiva contra el cáncer, un fenómeno conocido como el efecto «injerto-contra-cáncer».
El origen diverso de las células madre, ya sea en la médula ósea, el torrente sanguíneo o la sangre del cordón umbilical de recién nacidos, amplía el espectro de posibilidades y brinda herramientas adaptativas para abordar diferentes tipos de cáncer. Desde leucemias hasta mielomas múltiples y linfomas, estos tratamientos pueden marcar la diferencia en la calidad de vida y las perspectivas de recuperación.
Los cánceres que afectan la médula ósea, como las leucemias, mielomas múltiples y linfomas, encuentran en los trasplantes de células madre una luz al final del túnel. Estos procedimientos no solo aspiran a eliminar las células cancerosas, sino que también buscan resetear el reloj biológico, proporcionando al paciente un nuevo comienzo, respaldado por células madre frescas y saludables.
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Fuente: www.cancer.org