El hígado tiene muchas funciones importantes, incluyendo la digestión de los alimentos y el procesamiento y la distribución de los nutrientes. Hay muchos tipos de enfermedades del hígado. Algunas, como la hepatitis, son causadas por virus. Otras pueden ser el resultado del consumo excesivo de alcohol o de drogas. Una lesión de larga duración o el tejido cicatricial (una cicatriz) en el hígado pueden causar cirrosis. Uno posible signo de la enfermedad del hígado es cuando la piel se pone de color amarillo, lo que se conoce como ictericia. NIH.
¿Cuáles son las enfermedades del hígado habituales?
La Biblioteca Nacional de Medicina de los Estados Unidos define las patologías hepáticas como ‘muchas enfermedades que impiden que el hígado funcione o evitan que trabaje bien. El color amarillo de la piel conocida en el argot medico como ictericia, el dolor abdominal, la acumulación de líquidos corporales y la pérdida de peso son algunos de los síntomas usuales derivados de estas condiciones. A continuación, se recogen las enfermedades hepáticas más comunes:
Cáncer de hígado
El cáncer tiene lugar cuando las células del cuerpo mutan, lo que promueve que crezcan y se dividan sin control (dando o no lugar a un tumor). Así pues, el cáncer de hígado es aquel que tiene origen primario en el tejido hepático. La probabilidad de desarrollarlo a lo largo de la vida es de un 1 % aproximadamente, pero su alta tasa de mortalidad justifica su importancia clínica.
Cirrosis hepática
La cirrosis hepática es la consecuencia final de muchas enfermedades hepáticas crónicas. Esta condición se caracteriza por la sustitución de la arquitectura normal del hígado por bandas de tejido fibroso, lo cual provoca que cada vez funcione peor. Si está muy avanzada, la cirrosis es potencialmente mortal.
Hepatitis A
La hepatitis A es una infección del hígado responsable de la mayoría de los cuadros de hepatitis aguda en todo el mundo. El virus causal infecta las células de este órgano y produce inflamación, pero no es responsable de daños permanentes. No existe un tratamiento para esta enfermedad, ya que el propio organismo genera anticuerpos contra el patógeno y lo elimina con el tiempo. Descansar en casa y controlar las náuseas suele ser suficiente.
Hepatitis B
La hepatitis B es una infección hepática grave provocada por el virus de la hepatitis B. Si el cuadro tiene una duración corta (menos de 6 meses) se considera agudo, pero puede tornarse crónico cuando no desaparece más allá del límite establecido. Hasta el 90 % de los niños infectados evolucionan a un estadio crónico, mientras que este porcentaje en adultos sanos es mucho menor (del 2 al 6 %). Este último escenario debe abordarse farmacológicamente con medicamentos antivirales, inyecciones de interferón y hasta un trasplante.
Hepatitis C
La hepatitis C es una infección vírica que causa inflamación del hígado, tal y como ocurre con los dos cuadros anteriores. De todas formas, existen claras diferencias entre ellos: la hepatitis B se puede transmitir durante el contacto sexual y la mezcla de fluidos, mientras que la C casi siempre se contagia por la vía sanguínea.
Hepatitis D
Curiosamente, esta infección solo provoca síntomas en aquellas personas que ya están infectadas por el virus de la hepatitis B. Concretamente, afecta hasta al 5 % de la población mundial que tiene una hepatitis B crónica. En sí mismo no es un cuadro letal, pero puede acelerar la progresión de la enfermedad ya existente en el 70-90 % de los pacientes.
Hepatitis E
Aunque sea poco conocida, es necesario nombrar a la última de las enfermedades hepáticas comunes de naturaleza vírica. La hepatitis E afecta a unas 20 millones de personas en todo el mundo y representa el 3,3 % de la mortalidad debida a las hepatitis víricas. Un porcentaje importante de los infectados no presentan síntomas, pero la patología puede provocar problemas de salud severos en países de bajo ingreso en los que la atención sanitaria es deficiente.
Hígado graso
La inflamación del hígado debido a hígado graso se llama esteatohepatitis. Esta inflamación puede ocasionar la formación de cicatrices conocidas como fibrosis. La fibrosis a menudo progresa a cirrosis, debido a que la cicatrización distorsiona la estructura del hígado y deteriora su función.
El hígado graso, con o sin fibrosis, debido a cualquier trastorno, excepto al consumo de grandes cantidades de alcohol, se denomina enfermedad hepática grasa no alcohólica (EHGNA). Para conocer mas detalles de este padecimiento visita nuestra publicación ¿Qué es el Hígado Graso?
Hemocromatosis
La hemocromatosis es una patología en la que el exceso de hierro se acumula en el organismo. La hemocromatosis genética se debe a mutaciones en el ADN heredadas que se transmiten de los padres a los hijos. Por otro lado, hay cuadros secundarios que se adquieren a lo largo de la vida por ciertos desequilibrios (por ejemplo, la necesidad de múltiples transfusiones sanguíneas o un consumo exagerado de suplementos).
La hemocromatosis se puede tratar de forma segura y eficaz mediante la extracción periódica de la sangre corporal, algo conocido como flebotomía. El objetivo de este procedimiento es reducir la cantidad del mineral en el organismo. En aquellos que no toleran la extracción se puede utilizar el fármaco desferroxiamina, que aumenta la eliminación de hierro, pero este tratamiento es menos eficaz.
Enfermedad de Wilson
La enfermedad de Wilson es un trastorno hereditario poco frecuente, pero hay que tenerlo en cuenta a la hora de hablar de las enfermedades hepáticas comunes.
Colangitis esclerosante primaria
La colangitis esclerosante primaria es una enfermedad de los conductos biliares. Las principales funciones de estas estructuras son transportar la bilis a través del hígado y liberarla en la segunda porción del duodeno. En este cuadro, los conductos biliares se inflaman y cicatrizan, lo cual provoca que se estrechen y un daño hepático derivado. La enfermedad progresa lentamente y desemboca en infecciones frecuentes, insuficiencia hepática y tumores.
Hepatitis autoinmunitaria
La hepatitis autoinmunitaria tiene lugar cuando las células implicadas en el sistema inmunitario humano destruyen, por equivocación, los tejidos del hígado. Estos ataques pueden derivar en daños continuados al órgano e inflamación crónica.
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Si deseas conocer un poco mas sobre el tema, te invito a leer nuestro articulo Células Madre y el Hígado